VÍA CRUCIS
Lourdes es un lugar cosmopolita abierto al mundo. Recibe gente de toda raza, lengua y nación. Aquí la Iglesia se vive como una reunión de todos los hijos de Dios.
Seguir el Viacrucis es descubrir, cómo Bernardita, cuánto nos ama Jesús y, con confianza, entregarle nuestras cargas. Podemos encontrar dos Viacrucis, cada uno de un estilo diferente, nos invitan a dar este paso, que podemos hacer solos o acompañados por un miembro del equipo de acogida del Santuario:
EL VIACRUCIS DE "ESPÉLUGUES":
Este Viacrucis, inaugurado en septiembre de 1912, tiene una longitud de 1.500 metros e incluye subidas y bajadas difíciles. Sus 15 estaciones fueron realizadas con 115 estatuas a escala humana de hierro fundido patinado.
Cada grupo estatutario ilustra un momento clave de la vida de Cristo durante su Pasión: desde su condena por Poncio Pilato hasta su entierro en la noche del Viernes Santo.
El recorrido comienza con una estatua de un ángel sosteniendo una cruz que nos invita a recorrer el camino, recordaron que la Pasión de Cristo fue el precio de nuestra redención y que es necesario tomar la cruz de cada día formada por nuestras actitudes.
Más adelante nos encontramos con las primeras representaciones escultóricas para iniciar el Viacrucis: la primera estación como representación del momento en el que Cristo fue condenado a muerte. En esta representación, Cristo se encuentra en el centro atados de manos flanqueado por cuatro soldados a la derecha y tres a la izquierda detrás de él. También podemos ver a la conocida Loba amamantando a Rómulo y Remo.
“Nazaret rey de los Judíos”
En la segunda está la representación de Cristo cargando la cruz, a su lado, podemos observar a un soldado con la mano en alto dando a entender una orden a los demás que también cargan con el instrumento del suplicio, a la misma vez que Jesús levanta sus brazos hacia la cruz. También podemos percibir junto ala cruz, un niños sosteniendo la tabla con el título de “Nazaret rey de los Judíos”.
En la tercera estación vemos a Cristo coronado con espinas, siendo así la relevante primera caída bajo el peso de la cruz. Detrás de él, un soldado parece impedir a dos de sus enemigos con cara de enojo, al mismo tiempo que le exige a Jesús volver a levantarse y continuar arrastrando la cruz a cuestas.
En la cuarta estación, podemos ver a la Virgen María con rostro de tristeza, pareciendo preguntarse el por qué de aquél suplicio para su hijo, a la vez que transmite sus deseos de abrazar a su hijo. A su lado se encuentra otra mujer acompañándola que podría ser María Magdalena
En la quinta estación, nos hace observar la parte baja de la cruz para descubrir a Simón de Cirene, el cual empatiza con el que sufre; En la sexta estación muestra a aquella mujer valiente que se abrió paso entre los soldados porque descubrió el rostro de Dios bajo aquella capa de sudor, polvo y sangre. Ella es la viva imagen de la Misericordia de Dios.
La séptima estación marca la mitad del Viacrucis. En ella se recuerda que no obstante la ayuda recibida por el aliento y acompañamiento de su madre, la carga compartida con Cireneo y el auxilio de la Verónica que limpió su rostro para que pudiera volver a ver el camino. Ésta se trata de la segunda caída.
En la octava estación, resuenan las palabras del Capítulo 23 de San Lucas. Las mujeres se golpeaban el pecho y lanzaban lamentos por Jesús, éste se giró hacia ellas y les dijo:
Hijas de Jerusalén, no lloren por mí….lloren por ustedes y por sus hijos porque miren que vienen días en los que dirán Bienaventurados las estériles y los vientres que no han dado a luz y los hechos que no han criado entonces empezarán a decirles a los montes que caigan sobre nosotros y a la colinas porque si esto hacen con el leño verde qué harán con el seco
En la novena estación, recuerda que Cristo cae por tercera vez bajo el peso de la cruz que representa todos nuestros pecados y la maldad del ser humano que es capaz de ponerles tropiezos a los inocentes. Sin embargo, en esta escena, Cristo simboliza la necesidad del esfuerzo después de cada caída debido a que sabía que él debía llegar al final de su misión.
En la décima estación, Jesús ya ha llegado al final del doloroso camino para ser ejecutado. Como penitencia, los condenados debían ser desvestidos para sufrir la vergüenza pública, muestra así Cristo su humildad y lo que fue capaz de hacer por amor, así lo recuerda el capítulo 27 de San Mateo: “repartieron entre sí mis vestiduras, y sobre mis ropas echaron suertes”.
En la décima primera estación, es representada la crucifixión de Jesús. Podemos observar como los soldados ataron de pies y manos a los otros dos condenados, mientras que, a Jesús, le clavaban clavos en los pies y en las manos. También está presente su madre, la Virgen María lamentándose por su hijo.
En la décima segunda estación, se nos presenta el momento en que después de casi tres horas de agonía, Cristo muere en la cruz hacia las tres de la tarde después de haber dicho las palabras hacia sus enemigos: “perdónalos, porque no saben lo que hacen” Al buen ladrón de dijo:” yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”; El discípulo Juan replicó: “mujer, ahí tienes a tu hijo. Hijo, ahí tienes a tu madre”. Y las palabras plasmadas en el salmo 22: ” Dios mío, Dios mío por qué me has abandonado”. A los pies de la cruz se encuentran San Juan y la Virgen María, junto a las llamadas tres Marías: María Magdalena abrazando la cruz, María Cleofas y María Salomé.
En la décima tercera estación nos encontramos con el descendimiento de Cristo de la cruz. Colocado sobre los brazos de su madre, este momento inspira la presencia del Espíritu Santo el cual nos permite entender que Dios nos ama y nos perdona, motivándonos a la oración y al encuentro con él. A un lado de la cruz, podemos ver la estatua de uno de los soldados con rostro afligido y sujetando la lanza con la que atravesó el costado de Jesús, afirmando que él era el hijo de Dios.
La décima cuarta estación nos presenta el momento en el que Cristo fue trasladado al sepulcro siendo un Viernes. Aparece representado José de Arimatea que sostiene el cuerpo de Jesús por la parte superior, mientras que Nicodemo sujetaba la parte inferior.
En la décima quinta y última estación, está representada la esperanza en la promesa de las Sagradas Escrituras. En las primeras horas del Domingo, la Virgen y las santas mujeres fueron al sepulcro y lo encontraron vacío, siendo posteriormente testigos de que aquél que había muerto en la cruz, había resucitado. Finalizando con ésta última representación el Viacrucis.
EL VIACRUCIS EN LA PRADERA:
Situado en una zona de sombra a lo largo del río Gave, éste Viacrucis, inaugurado en 2008, es accesible para los peregrinos con movilidad reducida. Las 15 estaciones monumentales en mármol de Carrara, nos ofrece un recorrido desde la Pasión hasta la Resurrección de Cristo.